El Error Subestimado en las Cláusulas de Confidencialidad

Cláusula de confidencialidad

En el ámbito de la privacidad y protección de datos, las cláusulas de confidencialidad y los acuerdos de encargo juegan un papel crucial. Sin embargo, a menudo se comete un error subestimado que puede tener repercusiones significativas: la temporalidad de la obligación de confidencialidad.

En muchos acuerdos de confidencialidad, se establece que la obligación de mantener en secreto la información confidencial y los datos personales tiene una duración limitada, generalmente entre 1 y 5 años. Esta práctica, aunque común, es potencialmente peligrosa. Al limitar la confidencialidad a un periodo específico, se corre el riesgo de interpretar que, tras la expiración de dicho plazo, la información puede ser utilizada o divulgada sin restricciones.

Desde un punto de vista legal, la confidencialidad de la información no debe estar sujeta a límites temporales arbitrarios. La información confidencial y los datos personales suelen representar una ventaja competitiva o actualizar algún tipo de secreto que requiere protección continua o, en su caso, los propios datos personales e información personal. La confidencialidad no solo está basada en el tiempo sino en la naturaleza misma de la información, considerando que dicha información protege derechos de sus titulares, quienes son los únicos que se encuentran facultados para autorizar su difusión.

Las disposiciones legales sobre secretos empresariales y protección de datos son claras en su mandato: la protección de la información debe ser continua y adaptativa a la evolución del contexto y la tecnología. En particular, los datos personales están sujetos a normativas como la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares, que exige principios y deberes específicos y duraderos.

Las empresas que manejan información confidencial y datos personales tienen la obligación de implementar medidas de protección adecuadas. Esto incluye la correcta redacción de cláusulas y convenios que garanticen que la confidencialidad no es solo temporal sino perpetua, mientras la información mantenga la misma naturaleza.

La información confidencial y los datos personales representan más que un simple activo de negocio; es una parte integral de la estrategia competitiva de una empresa. La pérdida o divulgación no autorizada de esta información puede resultar en daños financieros, pérdida de reputación y, en algunos casos, litigios legales costosos.

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